La implantación de tecnología inteligente para apoyar la producción y el consumo de energía local abre el camino a nuevos modelos de negocio en el sector energético.
Esta tecnología favorecerá la transición de las personas consumidoras de energía a prosumidoras de energía a través de cooperativas y que obtendrán la energía con pequeñas instalaciones ubicadas en edificios residenciales o comerciales.
Esto promoverá beneficios sociales, el uso descentralizado de las fuentes de energía renovables, la reducción de las pérdidas e ineficiencias de la red, así como el desarrollo del almacenamiento de energía.
OPERACIÓN A.40