ENTREVISTA MATCH-UP 09: El viaje de los Datos

ENTREVISTA con ITEAM-UPV. JULIO 2021


 

Pau Arce Vila, Doctor en Telecomunicación e investigador en UPV-ITEAM Instituto Universitario de Telecomunicación y Aplicaciones Multimedia

 

“Al abrir los datos, hacemos partícipe a toda la población de la información y será la ciudadanía la encargada de encontrar las conexiones que nos lleven al ‘Wise Town’; cuanta más información accesible, más poder tendremos”

1. ¿Cuál es el “viaje de los datos” en un proyecto como MAtchUP? ¿Dónde van los datos que recogen los sensores instalados en las viviendas del Distrito Marítimo?

Los datos que toman los sensores van a una plataforma urbana, que no es más que un programa software que está ejecutándose en unos servidores del Ayuntamiento. La plataforma urbana contiene diferentes módulos con diferentes funciones. Hay un módulo que se encarga de recoger los datos de los sensores y almacenarlos en tiempo real y otro módulo que contiene todo el histórico de valores, donde podemos elegir qué datos guardar y cuánto tiempo almacenarlos.

Los servidores también hacen diversos cálculos con los datos, y éstos se ven reflejados en la aplicación SHEMS, junto con una serie de recomendaciones dirigidas al usuario. De este modo, cuando el servidor o la aplicación, como la aplicación SHEMS, pide el histórico se configura una respuesta y se le da un listado con todos estos valores de los sensores. Normalmente, las peticiones de estos datos se realizan a través de APIs.

 

2. ¿Qué es exactamente una API?

Una API es un acrónimo que viene del concepto en inglés “Application Programming Interface” que en castellano se traduce como “Interfaz de Programación de Aplicaciones Finales”. Una interfaz no es más que una definición de un conjunto de reglas y métodos que se usan para integrar diferentes programas y aplicaciones. Por ejemplo, cuando abrimos un programa editor de textos o una hoja de cálculo en un ordenador, tenemos una interfaz gráfica y podemos interactuar con el programa a través del teclado y el ratón, y lo vemos en pantalla. Hay más tipos de interfaces, por ejemplo, una interfaz web, como una hoja de cálculo online o una aplicación para hacer la declaración de la renta. También tenemos las interfaces para usuarios avanzados, que son terminales de texto en las que solo se pueden escribir comandos.

Pero si os fijáis, en todas estas interfaces interviene el ser humano, son las personas las que interactúan con las aplicaciones. A parte de estas interfaces tenemos las APIs, que son interfaces entre aplicaciones, interfaces para gestionar la comunicación programáticamente entre dos aplicaciones y sin intervención humana. Al final, una API es una manera que tienen dos programas para comunicarse entre sí.

 

3. ¿Qué nos permiten hacer las APIs?

Bueno, pues imaginaros que tenemos en una plataforma, una gran base de datos con información de muchos sensores y queremos permitir a las personas usuarias que a través de aplicaciones puedan acceder a estas bases de datos. Para permitir que distintas aplicaciones creadas por personas usuarias puedan consultar una determinada base de datos podemos desarrollar una API, que es simplemente una capa de abstracción por encima, que permite que otros programas desarrollados por personas accedan a nuestros datos o a nuestros servicios. Con una API permitimos que se realice una llamada a la base de datos o servicio, y a través de ella podemos controlar el acceso, la seguridad y muchas otras cosas. Podemos permitir hacer un filtrado en una consulta determinada sobre cualquier tipo de cosas que se nos ocurran.

Por ejemplo, en la Plataforma Urbana de Valencia (VLCI) se recoge información de la ciudad en muchísimos ámbitos: de tráfico, de sensores de la ocupación de plazas de parking, etc. Imaginaros que hay una persona usuaria que quiere hacer una aplicación donde visualizar información de las plazas libres en los parkings, bueno, pues en lugar de darle acceso a las bases de datos o a los sensores que miden la ocupación de las plazas de parking, la plataforma urbana se encarga de recoger toda esa información, agruparla y ordenarla, y permite que usuarios externos, aplicaciones externas, hagan unas llamadas a estos servicios. Mediante un API podemos incluso poner capas por encima, poner filtros, como podría ser el querer saber las plazas libres de los parkings, pero no de toda la ciudad, simplemente de una zona o de un parking en concreto. En definitiva, lo que nos permiten las APIs es enviar y recibir información o incluso solicitar la ejecución de servicios en una plataforma.

No hay que olvidar que la API por sí misma no realiza ninguna tarea. Siempre hay un servicio detrás, que es el que hace el filtrado de datos o realiza cálculos o las consultas a las bases de datos. Al final es ese conjunto de procesos los que hacen la tarea y las APIs facilitan el acceso a esos servicios. Las APIS son muy útiles porque facilitan el uso y la integración, dan potencia de uso y flexibilidad a los servicios. En ese sentido, cualquiera pude desarrollar un servicio que haga algo con los datos de VLCI y puede ponerlo a disposición de terceros a través de una API. Lo que pasa es que los servicios potentes son los que tienen permiso de acceso a los datos de VLCI. Algún tercero sólo tendrá acceso a los datos mediante los datasets públicos o a través de APIs.

 

4. Entonces es una especie de herramienta para técnicos. Es decir, ¿la API le sirve a la persona interesada en desarrollar una aplicación o similar, como un protocolo medio automatizado de extracción de datos en función de lo que necesite?

Sí, realmente un usuario de a pie tiene difícil acceder a una API sin unos mínimos conocimientos técnicos o sin alguna herramienta que le facilite su utilización. Realmente las APIs, y concretamente las más utilizadas, que son las APIs web, son unas llamadas remotas a un servicio que te va a proveer de alguna funcionalidad o de algún dato. Las APIs en realidad establecen una serie de reglas para una comunicación. No te dicen cómo tienes que programar tu aplicación, simplemente te dicen cómo comunicarte con el servicio que necesitas para que tu aplicación funcione. Una persona podría utilizar cualquier lenguaje de programación para que la aplicación que quiere desarrollar haga la llamada que necesita, pero es que a lo mejor hay alguien que ha hecho eso ya y te ha facilitado ese trabajo. Hay algunas herramientas que te permiten, prácticamente sin tener conocimientos de programación, desarrollar aplicaciones utilizando esas APIs.

 

5. ¿Algún ejemplo?

Imaginaros una API que accede a la plataforma para hacer la renta. Ésta es una plataforma web donde se pueden meter datos y presentar la renta. Si, por ejemplo, tienes un fichero con tu renta grabada o, si eres una gestora y tienes 50 o 1000 rentas, podrías tener una API que hiciera una llamada y presentar todas estas rentas.
De la misma manera, imagina que quieres mostrar en un mapa ciertos elementos, como podrían ser los contenedores de aceite porque eres una ONG que quiere informar a los ciudadanos sobre este tema. Esta información está en VLCI y en muchas plataformas urbanas, a través de una API con una llamada a la web, os puede devolver información de la localización de esos contenedores. ¿Y Cómo integras esa información en un mapa? Ahí posiblemente se necesiten ciertos conocimientos de programación, aunque existen mapas, como Google Maps, donde con la misma respuesta que os llegue de la plataforma urbana a través de la API se puede integrar, hay herramientas para hacerlo de forma fácil.

 

6. En la WEB del Marítim Innova se van a mostrar datos o indicadores de interés, que vendrán del SHEMS, de los datos de sensibilización o incluso del impacto que las acciones de MAtchUp hayan podido generar, ¿esto se hace también a través de una API?

Así es. Por ejemplo, la información de los sensores de las viviendas llega a VLCI sin información personal, no es posible identificar a las personas, ni las viviendas, ni nada que pueda relacionar esos consumos con las casas. De esa información que llega cogemos los datos relevantes y los publicamos como datos abiertos. Además, publicamos un histórico de estos datos. ¿Para qué puede servir esto? Bueno, pues de esos datos, personas emprendedoras pueden desarrollar algoritmos, como se ha hecho con el SHEMS, y a través de aprendizaje automático, de inteligencia artificial, se pueden generar recomendaciones de consumo o se puede evaluar históricamente cómo ha ido cambiando el consumo energético en la ciudad, u otros resultados que nosotros ahora mismo ni siquiera nos estamos planteando.

Todos los datos que se recogen en la plataforma no están accesibles. Hay diferentes niveles de acceso. Hay conjuntos de datos que son datos abiertos y están disponibles en el portal de transparencia. Se puede acceder a ellos a través de la página web y también a través de algunas APIs que hay en VLCI. Luego hay otros datos que son abiertos pero que requieren identificación, tienes que solicitar un permiso. El motivo suele ser por controlar la carga de peticiones, porque cualquiera podría estar haciendo muchas peticiones por segundo a través de las APIs a estos datos y eso pondría en peligro la estabilidad de acceso de los demás, de la web e incluso de las APIs. Luego, hay otros datos que solo tienen acceso el personal o la gente interna del ayuntamiento.

7. Has hablado de datos que llegan a VLCI, y como ejemplo se han mencionado los datos que provienen de los sensores instalados en viviendas ¿Qué otros datos estáis recogiendo en el marco del proyecto MatchUp?

Respecto a los datos que estamos recogiendo en Matchup y alojados en VLCI, a parte de los sensores de las viviendas, también tenemos sensores en autobuses que miden bastantes parámetros de consumo de los autobuses híbridos y eléctricos del proyecto. También miden parámetros de la conducción, como el conductor pisa el acelerador y cómo afecta esto al consumo. Luego, también se miden datos de movilidad de vehículos eléctricos municipales, de bicicletas eléctricas, de otros vehículos eléctricos que utilizan en el mantenimiento. Con todo esto podemos cruzar los datos con lo que sería un consumo ‘no eléctrico’ y podemos extraer conclusiones del ahorro de emisiones que tendríamos de CO2 o que tenemos al estar utilizando vehículos eléctricos en lugar de vehículos de combustión. También tenemos información de los puntos de recarga públicos que se van a ir instalando en los próximos meses, los datos en crudo en tal localización, si un punto de carga se está utilizando o no. Así tendríamos un listado de puntos de carga.
Todo esto se vuelca a la plataforma urbana. Bueno, pues si le ponemos una API por encima, seríamos capaces de permitir que haya aplicaciones que, por ejemplo, filtraran por localización. Entonces, yo podría enviar mi posición y me podría obtener el punto de carga libre más próximo. De otra manera tendremos que coger el listado, pedir el listado tal cual, en bruto e ir mirando disponibilidad y ubicación. Con una API, simplemente dime tu posición y yo te digo el punto de recarga libre más cercano. Pero la inteligencia la proporciona un servicio que está por debajo del API, que tiene ese listado y es capaz de filtrar con esos parámetros de entrada que nosotros le hemos dado.

 

8. ¿Cuál es el beneficio para los ciudadanos y los usuarios en general al poder tener acceso, ver y visualizar este tipo de datos?

Aquí hay una imagen que ayuda a explica porque es útil abrir estos datos.

Tenemos datos, que son los puntos. Cuando esos datos tienen algo de sentido, los coloreamos, eso es la información. Pero, de por sí eso no tiene ningún significado. Entonces, al unirlos, al unir estos datos y relacionarlos entre sí, obtenemos conocimiento. Y si a partir de ese conocimiento encontramos algo que sea útil para nosotros, esos ‘insights’ se iluminan. Si, además, interrelacionamos todo esto, alcanzamos la sabiduría. Este esquema me recuerda mucho a esa tendencia actual, que está pasando de las Smart Cities a las “Wise Towns”.

De ahí, la importancia de abrir los datos, porque hacemos partícipe a toda la ciudadanía de esos datos y es la ciudadanía la encargada de encontrar estas conexiones, para llegar al “pueblo sabio”, al Wise Town.

 

9. Pero también está el último esquema, el de la conspiración, ¿no?

Los datos son muy agradecidos. Si los torturas lo suficiente dirán lo que quieras, esto es así.
Pero fíjate, si los datos están accesibles a cualquiera, cualquiera lo puede hacer, cualquiera puede unir los puntos como quiera. Mira lo que ha pasado con el COVID y la cantidad de datos que ha habido. Muchos los han cocinado para un lado y otros para el otro. Si tienes los datos y son accesibles, y además dispones de APIS para poder filtrar. Puedes coger esto, puedes coger lo otro, y así, habría tantas teorías de la conspiración como personas

 

10. Claro, se crea un conocimiento colectivo y hay teorías que caen por su propio peso. Que la ciudadanía y las organizaciones sociales dispongan de datos y puedan contribuir a esa sabiduría colecita ¿puede contribuir al empoderamiento y a que aprendamos a leer y usar mejor los datos?

Exacto, a nivel social, la información es poder. Entonces por eso, pues cuanta más información accesible a la ciudadanía, más poder tendrán. Y a nivel técnico, lo dicho, tener acceso y disponer de APIs facilita mucho el uso de los datos.

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